El 23 de septiembre se publicó Camilo 70, la colección definitiva de Camilo Sesto, para celebrar los 70 años que cumplió el 16 de septiembre.
Resulta reveladora la imagen generalizada de Camilo Sesto como artista excesivo, estrella asociada a un género de otro tiempo, un nombre familiar cuya verdadera fuente de talento resulta lejana y en casi todos los casos desconocida. Lo que apenas aflora en el sentimiento colectivo es que el músico alicantino es el responsable directo de una colección de canciones sensacionales, autor de una obra de éxito monumental y productor superlativo avanzado a su tiempo. Con perspectiva, el sobrenombre de “Camilo Superstar” que le otorgó la BBC británica se antoja ciertamente atinado.
Camilo Sesto es un hombre que durante la época de efervescencia setentera despachaba 13 millones de álbumes por año, lideraba las listas de ventas a los dos lados del charco y su popularidad, literalmente, era ilimitada. Capaz de rodar un videoclip en las instalaciones de la NASA, adaptar con inusitado éxito uno de los musicales más ambiciosos de la historia ante el pasmo del mismísimo Andrew Lloyd Webber, recibir una oferta millonaria de la marca más importante de maquinillas por afeitarse la barba tras el éxito de Jesucristo Superstar o grabar sus canciones en alemán, inglés, portugués o italiano, la grandeza artística de Camilo Sesto es incuestionable, uno de los artistas más extraordinarios de la música española y responsable principal del auge del pop latino. Ha habido otros, pero ninguno como Camilo, eso seguro.
Bucear por el cancionero de Camilo Sesto con los prejuicios guardados bajo llave es un ejercicio musical gozoso. Siendo un personaje escrutado con esmero hasta la misma parodia, existe cierta predisposición a escuchar su música cargado de complejos. Pero lo cierto es que, siendo completamente objetivos, Camilo Sesto colecciona un batallón de canciones lo suficientemente buenas como para entronizarle en el olimpo de los artistas inmortales, uno de los compositores más importantes de su generación y un músico inimitable. Es este un país donde abunda la guasa y la memoria es mediana, y a la leyenda, con el paso del tiempo, no suele tomarse muy en serio. En otros escenarios Tom Jones, Barry Manilow o Cliff Richard pasean su talento in eternis ante el aplauso unánime de su gente. Camilo, en ventas absolutas y repercusión social es tan grande, o más.
Camilo Sesto nació como Camilo Blanes Cortés en una familia humilde de Alcoy (Alicante) un 16 de septiembre de 1946. En 2016 uno de los artistas españoles más brillantes de todos los tiempos cumple 70 años, un motivo de celebración musical por todo lo alto que se recoge en la retrospectiva definitiva: Camilo 70.
Cantante, compositor y productor, Camilo es, con más de 100 millones de discos vendidos, 52 sencillos en el número 1, 18 singles liderando la lista de los 40 principales y éxitos cantados en castellano, inglés, italiano, portugués y alemán un referente ineludible en la historia de la música popular española. A su faceta de cantante de éxito habría que añadir su condición menos conocida de compositor para artistas como Miguel Bosé, Ángela Carrasco, Lani Hall, José José, Sergio Fachelli o Francisco sólo por mencionar unos pocos. Camilo también ha producido obras de éxito mundial como la adaptación de la ópera rock Jesucristo Superstar, el primer disco de Miguel Bosé o trabajar con el productor habitual de los discos de Air Supply, Harry Maslin.
A pesar de cantar en el coro de su colegio y ser seguidor de Joselito no fue hasta bien cumplidos los 16 años cuando Camilo empieza a mostrar interés por la música. A mediados de los 60 forma parte del grupo Los Dayson, conjunto con el que (todavía Camilo Blanes) se foguea en bodas, bautizos y comuniones de la comarca. Con Los Dayson Camilo se acerca al repertorio de los Bee Gees o el Dúo Dinámico, pero también, y este es el detalle más relevante, escribe sus primeras canciones: “Por primera vez” influido por el sonido de los Shadows y “Amanece en mi soñar” y una innegable herencia de Los Beatles: “La misma noche que se pegaron los carteles en Alcoy anunciando el estreno de la película Qué noche la de aquel día los cinco aventureros Dayson robamos uno y lo colgamos en el lugar más noble del local de ensayo”.
Sin conocimientos musicales, en sus primeros años componía con una grabadora de casete y una guitarra prestada a la que a menudo le faltaba alguna cuerda y siempre le cantó al amor: “Me parece muy honesto que unos canten contra la guerra, a favor de una ideología política… a mí también me gustaría hacerlo. Pero a mí se me ha dado el don de interpretar esas mil formas de amor. El arte es largo (…) y creo que cabemos todos” decía Camilo. Pero es su voz, capaz de aunar ricos matices expresivos de gran potencia y flexibilidad superando las tres octavas desde el bajo hasta el tenor, su verdadero instrumento diferenciador, un prodigio.
Los Dayson editaron un disco en 1965 y tras un viaje a Madrid para participar en el concurso de Televisión Española “Salto a la fama” Camilo ya no regresaría y un año más tarde canta brevemente con Cefe y Los Gigantes y entra a formar parte de Los Botines. En 1967 los Botines participan en la película El Flautista de Hamelin protagonizada por Miguel Ríos y Camilo sería protagonista de la película de Pedro Lazaga “Los chicos del Preu” junto a Karina, una de las películas españolas más taquilleras de todos los tiempos.
Ya en solitario, en 1970 graba los sencillos “Llegará el verano” y “Sin dirección” (todavía como Camilo Sexto) y participa en diferentes festivales (incluso es candidato a Eurovisión), y bajo la supervisión de Juan Pardo graba su primer álbum Algo de mí. Camilo Sexto abandona la X en su apellido y la canción “Algo de mí”, el primer éxito de su puño y letra le consagra como autor de primer nivel. “Algo de mí” es el tema que desata la histeria. Si en los años sesenta fueron grupos o artistas como el Dúo Dinámico, Los Brincos o Raphael los que habían seducido al público adolescente, principalmente el femenino, en la década siguiente Camilo se convierte en puente entre la canción ligera y los solistas pop, esos mismos que poco después saltarían a los posters gigantes de Súper Pop y que solo tuvieron que actualizar el modelo inventado por Camilo Sesto. Los Pecos, Leif Garret o Miguel Bosé, e incluso Tequila y posteriormente Hombres G heredan en mayor o menor medida la eficacia del fenómeno fan inventado por Camilo Sesto.
Los primeros años de la década de los 70 son un vendaval. Siguiendo la estela de éxito del “Himno de la alegría” de Miguel Ríos lanza el sencillo “Buenas noches”, una adaptación de la canción de cuna de Brahms. “Ay, ay Rosetta” está dedicada a Rosetta Arbex, hermana del líder de Los Brincos y antigua novia de Camilo. Su segundo disco, Sólo un hombre, también producido por Juan Pardo y grabado en Londres, contiene una canción con letra de Lucía Bosé que lanza a Camilo Sesto en todo el mundo: “Amor… amar”. Recibe su primer disco de oro en Argentina y es nominado a su primer Premio Grammy por la canción “To be a man”. En el 73 y a pesar de no ganar, su canción “Algo más” arrasa en el festival de la OTI convirtiéndose en un estándar. Camilo crea la música para la exitosa obra de teatro de Marisol “Quédate a desayunar”. Recibe premios a la mejor gira, mejor cantante, y su álbum Algo más alcanza los primeros puestos en las listas de ventas de España y Latinoamérica.
Poco a poco va depurando su innata habilidad para construir éxitos instantáneos. En 1974 su álbum Camilo con canciones como “¿Quieres ser mi amante?”, “Llueve sobre mojado”, “Ayudadme”, “Isabel”, “Déjame participar en tu juego” y “Madre” obtiene el disco de oro en Chile, Venezuela, México y España. Pero fue su hazaña con Jesucristo Superstar la que le consagra definitivamente como artista universal.
Después de asistir a varias representaciones de la obra original en Londres decide asumir la costosa producción de su adaptación al castellano. La magnitud de la obra es titánica y a pesar de su dificultad es un enorme éxito. Camilo Sesto triunfa en el papel de Jesucristo, y su voz, indiscutible y de gran variedad de registros, brilla con luz propia en el delicado inicio de “Getsemaní”. Si existe un pionero en España en el género musical ese es sin duda Camilo Sesto. El compositor de la música, Andrew Lloyd Weber, reconoció que la única producción de todas las realizadas a lo largo del mundo equiparable a la original norteamericana fue la española de Camilo Sesto.
En 1976 recibe su segunda nominación a los Grammy por el tema “Quieres ser mi amante?” y graba en La NASA el video de la canción “Memorias”. En el año 1978 se edita su álbum Sentimientos. El disco incluye la arrolladora “El amor de mi vida”, una obra maestra de la opulencia sonora que se transforma en el sencillo más vendido de toda la década. Este clásico es uno de los mejores ejemplos de equilibro entre su notable voz y la solvencia de los músicos que le rodeaban. El ingeniero de la grabación fue el excepcional guitarrista Joaquín Torres, ex componente de Los Pasos, que luego produciría a Los Secretos entre otros. Al finalizar el año recibe el Disco de Platino por las ventas superiores al millón de discos. Ah, el disco también incluía “Vivir así es morir de amor”.
Canción obligada en el repertorio de karaokes, bodas o cualquier otra celebración popular, “Vivir así es morir de amor” (1978) es posiblemente la canción más conocida de Camilo Sesto. Apabullante, desmedida y apoteósica desde los primeros compases, está compuesta por él mismo, como el grueso de su discografía, razón de peso para trazar una línea divisoria entre él y Raphael, Julio Iglesias o Nino Bravo. Para la edición de Camilo 70 se ha realizado un nuevo y a la vez sorprendente lyric video de esta canción, muy en la estética estroboscópica de Valerio Lazarov.
Instalado en Los Angeles, en noviembre de 1979 arrasa en el Madison Square Garden delante de 45.000 espectadores (The Sinatra of Spain anunciaba el cartel), y al finalizar el año despacha la friolera de 13 millones de discos en todo el mundo. A finales de 1980 su álbum Amaneciendo alcanza el n° 1 en toda América y España, vendiendo más de 10 millones de copias del álbum, con 5 sencillos editados, destacando, “Perdóname”, “Vivir sin ti”, “Días de vino y rosas”, “Donde estés, con quien estés” y “Un amor no muere así como así”.
Desde 1983 y a raíz de su extraordinario éxito en el Show de Grace Kennedy de la BBC inglesa, Camilo empieza a recibir el sobrenombre de “Camilo Sesto Superstar”. Actúa en Nueva York, Chicago, en Japón y en Europa y el sencillo “My love”, interpretado a dúo con la actriz y cantante Audrey Landers (de la serie Dallas) se convierte en todo un éxito en los Estados Unidos, en Alemania y en los Países Bajos. En 1986 es nominado al Premio Grammy por el single “Corazón encadenado” producido y escrito por Camilo. En 1987 se despide temporalmente de los escenarios agotado tras su intensa trayectoria artística, y los más de 6.000 conciertos desde 1970 a 1987 por todo el mundo.
En el año 1991 regresa al mundo de la música con el álbum A voluntad del cielo con nuevos sonidos y éxitos; “Bienvenido amor”, “Vuelve” y el ya clásico “Amor mío, ¿qué me has hecho?” nominado de nuevo a los Premios Grammy y ocupando el número 1 en la revista Billboard durante 18 semanas. La década de los 90 la cierra con la publicación de Camilo Superstar, el premio honorífico por sus 25 años de carrera artística, y por haber vendido más de 100 millones de discos en todo el mundo.
En definitiva una carrera apabullante e irrepetible, salpicada con una sucesión de canciones imborrables en la memoria colectiva que se recopilan en el imprescindible Camilo 70. El magnetismo de Camilo sigue intacto con 70 años, la luz de un tipo iluminado no siempre bien comprendido brilla gracias a un repertorio mayúsculo. Referirse a Camilo Sesto es casi siempre hacerlo en términos desorbitados. Sólo es necesario hacer el sencillo ejercicio de escuchar sus composiciones para comprender el tamaño de su legado, grande y exagerado, exactamente igual que él.
Dejamos el enlace de este álbum en la sección Discografía: Camilo 70 (Edición España).